El aire la vela, vela. El aire la está velando

El aire la vela, vela. El aire la está velando
Parecen dormidas en el pajonal... pero no lo están.

14 oct 2008

relatos sobre algo que no me interesa

quien a doblado las campanas por ti, vampirica resurreción

no tengo ni un gramo de sangre ni de tetas, son un desaster kill

ositos en mis pechos, descarga de erotismo, arte que no sede a la bulgaridad

me gusto el maquillaje que tiene, la ropa y el pelo, más los accesorios

otra, que parece vampirica boluptosidad

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  Para completar el cuadro, el organismo actúa y en un intento de proteger la piel del sol, desarrolla un hirsutismo o desarrollo anormal del vello en la frente, pómulos y extremidades, afectando a zonas tan poco habituales como las palmas de las manos (característica que Bram Stoker narra en su novela al describir por primera vez al conde Drácula).
  Existe un dato muy curioso y que anima mucho a los amantes de las explicaciones vampíricas. Nos referimos al efecto que tiene el ajo para ahuyentar a los vampiros; el ajo ha sido casi un estandarte, junto al limón, para los defensores de la medicina natural, ya que le atribuyen propiedades antisépticas, antiparasitarias, expectorantes o hipotensivas. En 1978 se expuso a la comunidad científica que algunos extractos del ajo producirían un bloqueo de la coagulación de la sangre al inhibir la agregación plaquetaria; por otra parte, el grupo Hemo que forma parte del citocromo P-450 podría ser destruído por uno de los elementos del ajo, el alquildisulfuro. Quizá por ello, los vampiros porfíricos huirían de él, pues su ingesta u olor podría agravar rápidamente su estado de salud.
  Este tipo de porfiria no trastorna, curiosamente, la sensación de bienestar del enfermo, aunque por el tipo de vida al que se encuentra sometido es frecuente que altere las facultades mentales, lo que podría explicar las obsesiones y crueldades que se atribuyen a los vampiros.
  Aunque la teoría porfírica del vampirismo no explica bien las epidemias de vampiros, se ha intentado acercar al mito en base a la suposición de que al darse antiguamente entre clases nobles (donde era frecuente el derecho de pernada feudal) sería de suponer una diversificación del material genético del afectado de porfiria entre el pueblo llano, por lo que se podrían producir varios casos en un mismo periodo y con relativa frecuencia, explicando además los casos de vampirización dados en el entorno familiar del supuesto vampiro original. Por otra parte, entre las diversas variedades de la porfiria (especialmente en las variedades aguda intermitente, variegata y coproporfiria) puede desencadenarse una crisis por la ingesta de determinados medicamentos como los anticonceptivos, el diazepam, el fenobarbital, la metoclopramida (entre otros muchos más) o, más especialmente en el tema que nos ocupa, por la toma de alcohol o incluso por el estres intenso (situación que se crearía con relativa facilidad en el ámbito supersticioso y aterrador de la creencia en los ataques vampíricos).

Finalmente deberíamos destacar un origen etiológico del mito que, por desgracia, se va a repetir con cierta frecuencia en nuestra galería de monstruos del cine. Hablamos de las enfermedades mentales.
  Ya hemos hablado de las crisis neuropsiquiátricas que pueden aparecer tanto en la rabia como en la porfiria, pero en este apartado nos ceñiremos específicamente a la patología psiquiátrica, aunque no nos extenderemos mucho, ya que volveremos al tema en el capítulo que dedicaremos a los "Psicópatas y maníacos" cinematográficos.
  - La historia nos ha dejado una serie de personajes a los que se le ha atribuído una atracción patológica por la sangre humana. Desde el caballero Guilles de Rais (1400-1440), antiguo compañero de armas de Juana de Arco, que buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal torturó y dió muerte a unos 300 niños, hasta la ya conocida condesa Erzsébet Bathory, que supuestamente bebía sangre de doncellas para mantenerse joven.
  - El primer vampiro moderno fue el húngaro Bela Kiss que inició sus actividades en 1912 a raíz de la infidelidad de su joven esposa; cuando se fue a la guerra dos años después y no volvió, se le supuso muerto, y al entrar en sus propiedades las autoridades descubrieron 2 barriles metálicos con los cuerpos de su mujer y su vecina, posteriormente encontraron otros 17 barriles más con otras tantas mujeres en su interior que habían sido estranguladas pero, además, presentaban unas heridas en el cuello no encontrando ni una gota de sangre en sus cuerpos. Bela Kiss nunca fue encontrado, y se le consideró un desaparecido de la guerra.


  - Pero la fama de vampiro la tuvo mayormente el alemán Peter Kürten (1883-1931), más conocido como "El Vampiro de Düsseldorf", que inició sus actividades de muy joven, torturando y matando a animales, a los 5 años intentó ahogar a un compañero mientras jugaban en una embarcación y a los 9 años preparó un accidente en el que murieron dos muchachos. Pese a sus maneras apacicles y su aspecto imperturbable, pese a ser considerado por sus vecinos como una persona seria, honesta y amabla, fue condenado por diversos delitos como robo, asalto o deserción de sus obligaciones militares. Su primer homicidio, una niña de 8 años, tuvo lugar en 1913, y al final de su vida fue acusado de 9 asesinatos y siete intentos de asesinato. Murió sin arrepentirse de sus actos y sin sufrir remordimientos por ellos; su pasión por la sangre le hizo decir antes de ser guillotinado: "Después de que me decapiten, podré oir por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello... Ese será el placer para terminar con todos los placeres". Esta historia fue llevada al cine como "M el vampiro de Düsseldorf" de Fritz Lang (1931), donde Peter Lorre hacía una magnífica interpretación del asesino.

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