El aire la vela, vela. El aire la está velando

El aire la vela, vela. El aire la está velando
Parecen dormidas en el pajonal... pero no lo están.

14 oct 2008

El Club

todo mito de que tus piernas valen oro desapareceran a medida que pase el tiempo

estoy cagando, no me filmes

tradición a lo huebon

quiero esa camperita

quiero esa cartera, esas manos, esa cara, ese abrigo, esa bufanda.....

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  El cine de terror ha intentado e intenta cada cierto tiempo revivir a Drácula adaptándolo a los nuevos tiempos. Así surgió durante la blaxpoblation, época de desarrollo de la población negra en EEUU, el vampiro de raza negra en "Blácula" (1972) de William Crain, o más recientemente "Un vampiro suelto en Brooklin" (1995) de Wes Craven y protagonizada por el cómico Eddie Murphy. También el vampiro ha sido el introductor a las nuevas décadas o de nuevas caras de actores intentando alcanzar la fama de Bela Lugosi o Christopher Lee, así se hizo con Jack Palance en el "Drácula (1974) de Dan Curtis, con Frank Langella en el "Drácula 1979" (1979) de John Badham o con Gerard Butler en el moderno "Drácula 2001" (2000) de Patrick Lussier.
  Buscando nuevos aires también se jugó con el humor, pues los arcaicos intentos realizados en "Abbot y Costello contra los fantasmas" (1948), donde los clásicos actores de la Universal se parodiaban a sí mismos, ya dejaron su pequeña huella en la tipología clásica del cine de terror (siendo ahora frecuente la alternancia en estas historias del humor, del drama y del terror). Así aparecieron "El baile de los vampiros" (1967) de Roman Polansky (sin duda la mejor en este género de comedia), "Amor al primer mordisco" (1979) de Stan Dragoti y con George Hamilton como actor principal, "Transylvania 6-5000" (1985) de Rudy De Luca y protagonizada por un jovencísimo Jeff Goldblum, la aventura infantil de "Una pandilla alucinante" (1987) de Fred Dekker, "Drácula, un muerto contento y feliz" (1996) dirigida por Mels Brooks para el lucimiento de Leslie Nielsen, o "Noche de Miedo" (1985) de Tom Holland, donde Roddy McDowall interpretaba a un cobarde y televisivo doctor matavampiros.
  Ha existido también un retorno a las fuentes literarias originales tanto clásicas como modernas (siendo, eso sí, muy discutida por los puristas su fidelidad), buscando el terror primigenio con el apoyo de un buen guión, una buena ambientación y unos buenos efectos especiales. Así nos encontramos con el "Drácula de Bram Stoker" (1992) de Francis Ford Coppola o "Entrevista con el vampiro" (1994) de Neil Jordan, basada en la obra de la escritora Anne Rice, actual profeta literario del tema que nos ocupa, y que ha superado al británico Brian Lumley con su fantasiosa serie de las "Crónicas necrománticas". 

  Finalmente deberíamos destacar la película "El Ansia" (1983) de Tony Scott, donde una sugerente Catherine Deneuve y un atormentado David Bowie nos muestran la parte más humanizada del vampiro, y es esa convivencia contranatura lo que en el fondo es la causa de nuestro miedo. La existencia de una 'especie diferente' a nuestro lado, que no sólo convive con nosotros sino que también se alimenta de nosotros (idea que presenta en ocasiones un transfondo sociopático y, a veces, racista), ya aparece esbozada en "Jóvenes Ocultos" (1987) de Joel Schumacher, donde existe una pequeña comunidad de jóvenes y modernos vampiros; se agudiza con "Blade" (1997) de Stephen Norrington, basada en un personaje de cómics de la Marvel, y llega hasta "Underworld" (2003) de Len Wiseman, donde la acción y los efectos especiales nos muestran la fusión de diferentes razas y donde la humana cada vez pinta menos.

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