El aire la vela, vela. El aire la está velando

El aire la vela, vela. El aire la está velando
Parecen dormidas en el pajonal... pero no lo están.

24 nov 2012

Style Free.




Leí una historia de las hermanas Brontë en Haworth, ese lugar espectral donde vivieron, escribieron novelas como Cumbres Borrascosas o Jane Eyre y murieron allí, las tres, en plena juventud, en la casa de la vicaría.

Cuando terminé de leer este diario interior, su vida en cartas, diarios y otros escritos, y vi al severo padre de familia -el pobre y culto vicario de Haworth- enterrarlas y permanecer vivo, solo en la vicaría, hasta los ochenta años, con el recuerdo de sus talentosas hijas flotando por la casa, me ganó la nostalgia.

Es raro el término nostalgia, porque uno tiene nostalgia de algo que vivió en el pasado, y yo no viví en el siglo diecinueve ni entre los pantanos del lugar, pero fue como si lo hubiera vivido, tanto como cuando cierro el libro llamado Gente de la Edad Media y me invade la melancolía.

Son una nostalgia y una melancolía casi felices; es el encanto de las cosas que pasaron y que tal vez pasaron por mi alma y por la de todos ustedes, donde yacen los siglos que creemos no haber vivido y que Jung llama inconsciente colectivo.

¡Cómo el pasado nos conmueve! ¿Por qué?

Según Montaigne, que la infancia mire adelante y la vejez atrás era el significado de las dos caras de Jano. Escribió: Que los años me arrastren si a bien lo tienen, yo procuraré que no lo logren sino a reculones; y en tanto que mis ojos puedan reconocer aquella hermosa primavera muerta, a ella los convierto a sacudidas; si de mis venas y de mi sangre escapa, al menos no quiero desarraigar su imagen de la memoria:

Hoc est Vivere bis, vita posee priore frui

Platón ordena a los ancianos la asistencia a los ejercicios, danzas y juegos de la juventud para regocijarse en los demás con la flexibilidad y belleza del cuerpo, que en ellos se desvaneció, y para llamar a su recuerdo la gracia y beneficios de esa edad llena de verdor.

A los ancianos pertenece soñar, a los jóvenes mantenerse en la buena reputación y en el mejor designio: ellos marchan … y nosotros volvemos, las leyes mismas nos envían a nuestro retiro. Yo no puedo hacer menos que proveer a esta edad de juguetes y niñerías como a la infancia se provee: por algo recaemos en ella.

 

No hay comentarios: