El aire la vela, vela. El aire la está velando

El aire la vela, vela. El aire la está velando
Parecen dormidas en el pajonal... pero no lo están.

2 jun 2011

grajeas de todos los savore

Yo decía que iba a salvarme, que me salvaría la poesía.

Decía que la salvación por la pureza de la poesía era el viento transformado en provocaciones en el alma, era otro dios, un verdadero Otro Dios, y otra vida eterna que quedaba dentro de la vida.

Que las religiones que prometen paraísos en donde hasta el demonio y el fuego comían viandas sagradas eran válidas también, tanto como cualquier otra salvación por la poesía, que el verbo con sus abanicos en
el alma nos hacía perdurar toda la vida y no morir y no estar muerto entre los vivos.

Veía la salvación entre relámpagos prometedores de miedo y del terror de las tormentas, sospechaba el movimiento de la tierra en la carne; otras veces consideraba el
a
mor transformado en copa de eternidad con rostro de dioses menores que iban rotando y el amor y la poesía quedaban y el único rostro verdadero de Dios era entonces el del amante que ama mucho, alternativamente, y a muchos.

Inclusive calculaba la medida de la voz de un poeta -o de un enamorado, era lo mismo.


La medida de la voz de un poeta cabía en un molde cualquiera, canto, cópula, ataúd, celebraciones, en una forma sin forma o en la columna griega, clásica, piedra de piedra.















BLANCO SOBRE AZUL, LA COMBINACIÓN PERFECTA DE LA REALEZA¡¡¡¡¡¡¡













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