El aire la vela, vela. El aire la está velando

El aire la vela, vela. El aire la está velando
Parecen dormidas en el pajonal... pero no lo están.

25 jul 2013

a su manera

Por motivos personales no puedo continuar copiando el cuento de mi hermana Mane...
De cualquier modo, bien puede reemplazarse con Borges, ya que me siguen llegando comentarios de la última vez que lo mencioné.

Hay una frase de JLB que seguiré recordando, aunque, en apariencia, no irradie gran sabiduría. Parece estar ahí sólo porque viene al caso, pero bien sé que eso no ocurre jamás con mi escritor.


Es ésta, que ahora sé, o creo saber, por qué no la olvidé:

“…podríamos inferir que todas las formas tienen su virtud en sí mismas, y no en un contenido conjetural”.

Esta frase me desveló por mucho tiempo, casi sin darme cuenta, porque cuatro líneas más abajo de la misma su autor cierra el escrito con esta otra donde reluce toda su joyería, diamante por diamante:


“La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación, que no se produce, es, quizá, el hecho estético”.



Tanto nos deslumbró esta definición, a Mane y a mí, en tiempos en que pasábamos los días en un caserón antiguo y roto sobre la avenida Santa Fe de Buenos Aires, con nuestra gata Octavia, que terminamos cambiándole temporalmente el nombre a ese negro felino de ojos amarillos y la llamamos “El hecho estético”, y después, nos pareció más adecuado nombrarla “Helecho estético”, que suena igual.

Octavia respondía a nuestros caprichos, pero en mi almohada había quedado revoloteando aquello de las virtudes de las formas sin necesidad de encontrar, “de conjeturar”, sus contenidos.
Hoy abro Otras inquisiciones y me encuentro apenas lo abro con “La muralla y los libros”, el pequeño ensayo donde figuran mis dos queridos párrafos.

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