24 dic 2012
Mi musa, la Muerte
Hay un poeta que ha escrito “sinfonías” , cuya vida prometo narrar en breve -una vida sorprendente y fantasmal para el más grande de los líricos- es Oscar W. de Lubisz Milosz. Es el Poeta Nacional de Lituania.
La Navidad, los conocimientos herméticos, la magia blanca, las misas de gallo, el judaísmo y su profunda teología, todo mezclado con la infancia en la casa del príncipe de Grodno, tienen que ver con Milosz.
Copio apenas un verso:
_”Es el tercer día”_. Y yo me estremecí, porque la voz
venía de mi corazón. Era la voz de mi vida.
El fabuloso país de la infancia de Milosz tiene que ver con todas las infancias, por eso me permito anoticiarlos, una vez más, de un bello suceso de la mía:
El pesebre viviente desde lo alto
Yo era una gordita de trenzas claras y mejillas rosadas, tímida como un bambi.
Trajeron una escalera de bomberos para que pudiera trepar a ese árbol inmenso llamado paraíso.
Las tablas de la escalera estaban demasiado separadas para mí.
Puse un pie, y me pisaba el traje blanco.
Me pesaban las alas enormes que habían atado a mi espalda, lo desconocido y lo que falta por conocer.
No entiendo cómo no me caí; llegué hasta la copa, hasta lo más alto de lo alto con una voluntad que hoy todavía me envidio.
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