A nadie ya le caben dudas de que el caballero es realmente poderoso -”Poderoso caballero es Don Dinero” lo dice Quevedo. Algunos esbozan teorías celestiales o espirituales, como los artistas o los filósofos. Que el dinero y el poder pasan sobre la tierra, que nuestra carne es hierba, como cita a menudo nuestro amigo Joise acordándose de la Biblia.
Pero lejos de todo, en largas mesas debajo de los árboles en donde se reúnen las niñas y los niños, las jóvenes y los jóvenes, las viejas y los viejos, es fácil sentirse de verdad de hierba, igual a los jóvenes y a los viejos y a los que no tienen poder ni dinero alguno, excepto el de abrir dulcemente la boca y saborear un exquisito trozo de asado.
Sin embargo, la nostalgia del mundo no deja de aparecer.
Y esta vez, apareció en forma de recuerdos “cholulos”, palabra argentina que quisiera poder traducir para mis demás amigos latinoamericanos.
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