El resignado
ejercicio del verso no te salva
ni las aguas del sueño ni la estrella
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.
el que agranda la mente y no la achica;
solitario y carnal es siempre vano;
sólo el dolor común nos santifica.
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas / vacilante
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.
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